Mientras unos se tuestan en la playa de Bolonia, tomando cervecitas y comiendo aceitunas en la arena, mientras cuentan las horas que les quedan para saltar el charco y marcharse hacia la isla de Fidel Castro, otros si queremos ver el agua nos tenemos que ir al pantano de Torrejoncillo.
El pasado sabado debido a la ausencia de perseguios en el pueblo, y al decidir no hacer ninguna ruta por la silleta (eso ya parece nuestra segunda casa), marchamos hacia el pantano a recuperar esos tiempos perdios de pesca.
Ya no recuerdo la última vez que sali a pescar, y desde entonces llevaba la caña colgada de unas puntas de la casina, con los mismos aparejos. Tenia mas mierda que el palo de un gallinero.
Yo la verdad que mas que pescar, a lo que fui es a que el sol empezara a castigarme la piel, que el invierno es muy duro y son muchos los meses que estos pellejos estan tapaos.
El triunfador de la tarde fue Fransu, que por lo menos tiene papeles, sacando tres carpas, dos de ellas royales y una común.
A mi lo único que me picó fueron los mosquitos. Tres veces tiré la caña y tres enganchones tuve, no saqué una encina de milagro.
Al final me viné con la caña sin aparejos, alli los deje en la encina. Y cuando volví al pueblo, volví a dejar la caña en el lugar que le corresponde .................... las puntas de la casina.
